No sorprende que esta práctica, bautizada con el nombre Shinrin-yoku, naciera en Japón, país rico en bosques. La cultura japonesa está estrechamente ligada al árbol y a la naturaleza en general. Por otro lado, este país sufrió las consecuencias del exceso de trabajo y del estrés diario.
Por el impulso del gobierno japonés, en la década de los 80, se inician estudios que dan explicación científica al poder curativo de la naturaleza. Por los resultados obtenidos, se promociona el Shinrin–yoku como práctica de bienestar para la población y a la vez involucrar a la gente en la protección y el cuidado de los bosques.
Actualmente, en Japón encontramos una amplia red de bosques terapéuticos.
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