En los últimos 30 años, investigadores del mundo entero han llevado a cabo numerosos estudios sobre los efectos fisiológicos y psicológicos de la naturaleza, y en particular de los bosques, sobre la salud y el bienestar de los seres humanos.

Estos estudios han sido inspirados en su mayoría por una idea muy sencilla: cuando estamos en contacto con la naturaleza, nos sentimos mejor y nuestro cuerpo se relaja.

Prácticamente todos hemos pasado un tiempo en el bosque, sea para un picnic, para una ruta de senderismo o para una acampada, y hemos tenido esa sensación de calma y tranquilidad, de que el estrés va disminuyendo. Sin embargo, la ciencia no había podido explicar los mecanismos detrás de estas sensaciones.

Los principales beneficios de los baños de bosque son:


 Aumentan la sensación de bienestar y vitalidad

 Mejoran el estado de ánimo

 Reducen el nivel de estrés

 Reducen la ansiedad e irritabilidad

 Favorecen un descanso más reparador

 Mejoran el sistema inmunitario (células NK o natural killers)

 Fomentan la creatividad

 Potencian habilidades cognitivas y favorecen el aprendizaje

Pasear por el bosque, sentándose, estirándose, observando lo que nos rodea, tocándolo, escuchándolo y oliéndolo, es una actividad saludable que se empieza a practicar cada vez en más países como Estados Unidos, Australia, Reino Unido, Alemania, Francia, Portugal, Italia, Chile y, por supuesto, España.